Los 1.800 millones de musulmanes que habitan en 127 países, requieren que sus alimentos, sabores, nutrientes, medicamentos, cosméticos tengan la “CERTIFICACIÓN HALAL”.
HALAL significa “permitido” por la Religión Islámica y está fundado en preceptos que contemplan aspectos de higiene y de salubridad.
El término Halal aplicado al orden alimenticio significa lícito o autorizado para el consumo. Decimos que un producto es Halal para consumo islámico siempre y cuando el mismo cumpla con las prerrogativas emanadas de la doctrina islámica.
Cualquier alimento que sea considerado Halal debe ajustarse indefectiblemente a la normativa islámica emanada del Sagrado Corán y la tradición profética: no debe contener ningún ingrediente vedado ( carne de animal hallado muerto, la sangre, la carne de cerdo y todos sus derivados, los animales que se alimentan con carroña o que poseen garras, animales muertos por asfixia, matados por otros animales o sacrificados invocando otro nombre que no sea el de Dios. También son ilícitos el alcohol y cualquier embriagante). No se puede siquiera mantener contacto alguno con los anteriormente mencionados. (ie, no se pueden utilizar un mismo elemento para sacrificar un cerdo que una vaca que posteriormente será destinada al consumo de musulmanes).
En el nombre de Dios, Clemente, Misericordioso
“Y comed de lo bueno y lícito que Allah os da como provisión y agradeced los dones de Allah si es El a quien adoráis.”
114, Sura de La Abeja.